Por Jesús Adrián Romero.
La vida del rey David es un ejemplo de alabanza.
El libro de los Salmos es un registro de las alabanzas de David a través de toda su vida.
En cada una de las etapas de la vida de David su deseo era alabar al Señor.
Cada una de las etapas de la vida de David están relacionadas con un lugar geográfico.
En Belén cuando David cuidaba las ovejas, su pasatiempo era bendecir al Señor y escribir canciones. El Salmo 23 es sin duda el más conocido y surgió de ésta experiencia de cuidar ovejas.
-Gabaa
Después de Belén, David fue a vivir al palacio del rey en Gabaa y allí lo encontramos bendiciendo al Señor con el arpa cuando el espíritu malo atormentaba al rey Saúl, y al tocar David el espíritu malo dejaba al rey.
-Adulam
Sin lugar a dudas que la cueva de adulam era el lugar más difícil para levantar una alabanza. David estaba huyendo del rey Saúl, y se refugió en ésta cueva con sus hombres. Se cree que antes de entrar a la cueva David declaro: “Bendeciré a Jehová en todo tiempo, su alabanza estará de continuo en mi boca” Salmo 34:1 Se cree que muchos de los salmos de David fueron escritos en ésta cueva.
-Sion
Siendo un anciano declaró: “Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día. No me deseches en el tiempo de mi vejez; cuando mi fuerza se acabare no me desampares...Mas yo esperaré siempre y te alabaré más y más.”
Salmo 71:8-9,14
“Más y más” en el hebreo original significa: Continuaré haciéndolo, me excederé, irá en aumento, prolongaré mi alabanza, antes que una alabanza halla terminado empezaré la otra, etc.
Aún en la vejez David nos dá un ejemplo de ser un adorador.
Creo que el secreto en la vida de David se encuentra en la manera en la que él disfrutaba la alabanza. No era algo tedioso, no era un “sacrificio”, era un tiempo de deleite en su creador.
Este secreto lo encontramos cuando trae el arca del pacto a la ciudad. 2 de Samuel 6 nos cuenta la historia.
Como ya vimos anteriormente, David entró a la ciudad en medio de sacrificios, sonido de trompeta, júbilo y danza.
“Sachaq”, significa jugaré, me divertiré, me reiré de placer, retozaré como animal en el campo.
Esta es la verdadera danza, un tiempo de deleite y diversión delante de nuestro rey.
Para muchos danzar es realmente saltar como robots, no parece que nos estamos divirtiendo.
Hasta que no entendamos que Dios se deleita en nosotros cuando le alabamos, no vamos a disfrutar nuestra alabanza y danza.
Dios nos quiere llevar como iglesia a un tiempo de deleite delante de su presencia.
¿Estás listo para entrar a la fiesta en la casa de tu padre?
¡Él te espera!